Y apenas llegando a Caracas tuve que alistar todo para formar parte de la primera edición de Invasiones: Ciclo de performance en casas. Les cuento la iniciativa por encimita: Aidana Rico e Ignacio Pérez, artistas de la performance y creadores de Performancelogía, decidieron hacer de nuestra ciudad un mejor lugar para sus habitantes y para los artistas, y ya que los espacios oficiales de arte se quedan cortos a la hora de propiciar el encuentro, ellos mismos crearon una dinámica que permitiera la realización periódica de performance, su género predilecto, en un ambiente cercano al caraqueño. ¿Y qué mas accesible a uno mismo que su propia casa? Es así cómo nace esta iniciativa "de arte a domicilio", donde una vez al mes algún colaborador ofrece su hogar para que artistas de la performance (seleccionados por el mismo anfitrión) hagan esas cosas que hasta a los galeristas les da miedo que hagan.
En ésta edición, tuve el placer de compartir espacios con Érika Ordosgoitti, Yosmaira Silva y José Leonardo Guaglianone, jóvenes artistas cuyo trabajo admiro y respeto, por lo cual, me siento honrrado de haber conformado la alineación que abre esta interesante serie, y que, con el empuje de todos nosotros, se establecerá en la vida cultural de nuestra ciudad capital.
Para satisfacer la curiosidad, les cuento que la acción consistió en hacer arepas frente al público, acompañándola de la salsa preferida de los venezolanos, la guasacaca. Con ésta, se escribió sobre las arepas "La Poesía se come". El resultado se entregó a los invitados al final de la velada para su consumo. Se realizó mientras las otras performances seguían su curso. La intención era generar una dinámica donde los asistentes, en su mayoría desconocedores de la performance, percibieran esta disciplina de manera accesible, es decir, cercana a su cotidianidad y desprovista de misterio. Además, propició la participación de gente que se animó a colaborar con el proceso.
Para finalizar, quiero despedirme haciéndole llegar a Magaly Chávez y Rodolfo Rico mis más sinceros agradecimientos por permitir a los demás artistas y a mí acercarse a la comunidad que presenció nuestras acciones, y a los vecinos y demás asistentes, también, muchas gracias. Pronto les ofreceré más comentarios de otras acciones realizadas últimamente.
En ésta edición, tuve el placer de compartir espacios con Érika Ordosgoitti, Yosmaira Silva y José Leonardo Guaglianone, jóvenes artistas cuyo trabajo admiro y respeto, por lo cual, me siento honrrado de haber conformado la alineación que abre esta interesante serie, y que, con el empuje de todos nosotros, se establecerá en la vida cultural de nuestra ciudad capital.
Para satisfacer la curiosidad, les cuento que la acción consistió en hacer arepas frente al público, acompañándola de la salsa preferida de los venezolanos, la guasacaca. Con ésta, se escribió sobre las arepas "La Poesía se come". El resultado se entregó a los invitados al final de la velada para su consumo. Se realizó mientras las otras performances seguían su curso. La intención era generar una dinámica donde los asistentes, en su mayoría desconocedores de la performance, percibieran esta disciplina de manera accesible, es decir, cercana a su cotidianidad y desprovista de misterio. Además, propició la participación de gente que se animó a colaborar con el proceso.
Para finalizar, quiero despedirme haciéndole llegar a Magaly Chávez y Rodolfo Rico mis más sinceros agradecimientos por permitir a los demás artistas y a mí acercarse a la comunidad que presenció nuestras acciones, y a los vecinos y demás asistentes, también, muchas gracias. Pronto les ofreceré más comentarios de otras acciones realizadas últimamente.