Hace cien años se publicó en el diario francés Le Figaro el Manifiesto Futurista. En el año 2009, el escrito de Filippo Tommaso Marinetti aún mantiene vigencia y se convierte en un ejemplo a seguir para las generaciones que en el siglo XXI cargan sobre sus hombros la responsabilidad de la creación artística.
Cabe preguntarse, en un sábado de Carnaval como hoy, aprovechando el feriado y la relajación que proporciona el aislamiento- al que el caraqueño común debe someterse para resguardarse de la bombas de agua, los huevos, la pintura, el barro y los orines que nos arrojan nuestros estimados vecinos por los balcones- ¿Qué hacemos nosotros en virtud del arte y de nuestros tiempos?
Para Marinetti, los ferrocarriles, los barcos, los automóviles que aparecían en su época eran más bellos que la Victoria de Samotracia: La velocidad distintiva de la industralización era el nuevo paradigma de la belleza. ¿Cuál sería para nosotros el paradigma actual? Hace mucho tiempo que la intempestividad de la máquina se ha hecho habitual para la humanidad, así que ¿de qué cosas podríamos hablar nosotros que el artista italiano no podría haberlo hecho a principio de siglo XX y de qué maneras? Quizás los artistas más relevantes de la actualidad sean aquellos que, concientemente o no, sigan el espíritu de Marinetti.
No importa cual sea la época, siempre se necesitará la gente que esté exaltando "el movimiento agresivo, el insomnio febril, la carrera, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo". No es tarea fácil ni grata, dice la historia, pero al menos intentarlo será tarea digna. ¡Que en este centésimo aniversario, todos procuremos ser artistas dignos! ¡Celebremos el presente siguiendo los ejemplos del pasado! ¡Feliz siglo, Futurismo!
1 comentario:
Amén!
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